Este mes en Lema Traductores hemos tenido tantos compromisos y hemos querido contaros tantas cosas que no pudimos celebrar el Día Internacional de la Lengua China en su momento, el día 19 de abril. Hoy queremos redimirnos, aunque sea un poco tarde, y contaros algunas cosas interesantes sobre el idioma chino, que hablan aproximadamente 1.300 millones de personas, en su mayoría habitantes de un mismo país.
El chino mandarín.
El chino mandarín es el idioma más hablado del mundo con aproximadamente 885 millones de hablantes. Idioma oficial de la República Popular China, es el más representativo y es considerado la versión estándar del idioma chino. Su nombre procede del apelativo que se le daba a los funcionarios del gobierno imperial, que, para acceder a sus puestos debían aprobar una serie de exámenes basados en las obras de Confucio.
Pertenece a la familia de lenguas Sino-tibetana, y fue adoptada como lengua oficial de la República de China con el objetivo de crear una identidad nacional de la que se carecía en un país tan extenso. En el plano lingüístico, sin embargo, su oficialidad como lengua tenía como finalidad que todos los ciudadanos del país pudieran entenderse y comunicarse formalmente.
Una lengua milenaria.
Hablamos de una lengua basada en símbolos que tiene más de 5.000 años de antigüedad. Las inscripciones más antiguas que se conservan tienen aproximadamente 5.000 años y son de la dinastía Shang. El chino arcaico tenía mayor grado de inflexión y una riqueza fonética que se fue simplificando con el tiempo. Por ejemplo, la aspiración y la respiración fuerte era un sistema para distinguir las consonantes. La reconstrucción del chino arcaico comenzó con los filólogos de la dinastía de Qing.
Comunicarse con «dibujos».
La escritura pictográfica del chino es uno de los elementos que más llama la atención de los occidentales. No en vano, su escritura es una de las más difíciles de aprender. Existen decenas de miles de caracteres que bien por separado o en grupos de dos o tres tienen un significado propio. Cada carácter es un concepto que representa una palabra o una sílaba de una palabra más larga. Un ciudadano culto llega a conocer aproximadamente 8.000 caracteres, aunque se considera que con 2.500 o 3.000 caracteres el conocimiento de la lengua es razonable.
Antiguamente el modo de escritura era vertical y orientado de derecha a izquierda, pero para adaptarse de alguna manera a la cultura occidental, hoy en día puede escribirse en ambos sentidos. En la actualidad, existen también dos formas de escribir los caracteres: la forma simplificada y la forma tradicional.
Una gramática poco definida.
Gramaticalmente, los filólogos afirman que la lengua china no es complicada. Es más, algunos estudiosos afirman que su gramática no está bien definida. Los verbos no se conjugan, no existen las variantes de género ni los plurales, y por tanto tampoco las concordancias. Esto hace que el orden de las distintas palabras dentro de la frase sea crucial.
Como curiosidad añadiremos que en chino no existe una palabra específica para decir «sí», mientras que sí tienen una para decir «no».
Un idioma tonal.
Cuando nos referimos a la oralidad de este idioma, lo primero que debemos entender es que el chino es un idioma tonal. Esto quiere decir que, básicamente, dispone de pocos sonidos silábicos que se repiten multitud de veces y que se distinguen por sus tonos.
Existen cuatro tonos: alto, ascendente, descendente-ascendente y descendente. Dependiendo de su tonalidad, una sílaba como «ma» puede significar cosas tan distintas como madre, cáñamo, caballo e insultar.
Su transcripción.
Para facilitar la lectura y aprendizaje de este idioma surgió hace años el pinyin (拼音) o alfabeto fonético, que no es más que la transcripción latina de los fonemas. Con él llegó la máxima simplificación de los caracteres de este idioma y ahora es considerado el más preciso y exacto con respecto a la pronunciación de la lengua estándar. Es la razón por la que ciudades como Pekín y Cantón pasaron a llamarse Beijing y Guangzhou.
Un idioma lleno de variedades.
Dentro del mismo país, además del chino mandarín, conviven otros nueve dialectos que contienen a su vez numerosos subdialectos, pero tan diferentes entre sí fonética, léxica y estructuralmente que los hablantes de unos y otros no podrían entenderse. Su grado de diversificación es, de hecho, muy parecido al de las lenguas románicas.
- Wu o shanghainés
Es el segundo dialecto en importancia con cerca de 80 millones de hablantes. Es el dialecto hablado en Shanghai, Jiangsu, Zhejiang, Anhui y alrededor de los afluentes del río Yangtsé. A diferencia del mandarín, el Wu o shanghainés tiene solo dos tonos.
- Yue o cantonés
Es una variedad conservadora del chino antiguo y mantiene numerosas características del mismo. Es el dialecto hablado en la zona de Cantón (Guangzhou) y su importancia se debe a que a los 72 millones de hablantes cantoneses se unen los más de 7 millones de hablantes que residen en Hong Kong y que no hablan mandarín. Tiene en total nueve tonos frente a los cuatro que tiene el mandarín.
- Min
Tiene alrededor de 60 millones de hablantes que se reparten por la provincia de Fujian y por Taiwan. Es además el dialecto más hablado en las comunidades chinas del sureste asiático como Singapur y Malasia.
- Jin
Es el dialecto que se habla en Gansu y en la parte norte de Ningxia.
- Xiang o hunanés
La zona geográfica en la que se sitúa este dialecto es en las provincias de Hunan y Guangxi.
- Hakka o kejia
Esta variedad es la que habla en el sur de China el pueblo hakka. Se usa, sobre todo, en regiones aisladas.
- Gan
Extendida sobre todo por la provincia de Jiangxi.
- Hui
También conocido como Huizhou, tiene unos 4 millones de hablantes distribuidos por las regiones de Huizhou, Zhejiang y Jiangxi.
- Pinghua
Hablada principalmente en algunas zonas de Guangxi y Hunan.
Además de estas variedades lingüísticas, en China encontramos otros idiomas como el tibetano, el uigur, el mongol o el tártaro.
Traducir e interpretar la lengua china.
Nuestra compañera Lilia Wu, traductora e intérprete de chino, nos ha querido acercar un poco más al entorno profesional de este idioma cuando se trata de traducir e interpretar. Nos cuenta que las combinaciones de idiomas más demandadas en su campo son el español-mandarín e inglés-mandarín, pero el tercer y cuarto puesto de esta lista lo ocupan las combinaciones catalán-mandarín y francés-mandarín respectivamente.
Sus campos profesionales más habituales, tanto en traducción como en interpretación, suelen ser las negociaciones comerciales, las visitas de delegaciones gubernamentales, el turismo y la promoción de ciudades o provincias, pero también la traducción de documentos técnicos y jurídicos.
Con respecto a los dialectos, nos comenta que, aparte del mandarín, el cantonés suele ser el más habitual, e incluso se llega a recurrir a intérpretes de cantonés de Hong Kong, tal es la especialidad.
Habitualmente no les genera mucho problema el uso del pinyin, ya que está muy romanizado, pero advierte:
«Muchos españoles que están aprendiendo la lengua china, durante un tiempo no dominan la escritura de los caracteres chinos y lo escriben simplificándolo al sistema de anotación de los pinyin, pero esto NUNCA es así en el día a día de un hablante nativo chino».
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