¡Hoy celebramos el Día Mundial de la Lengua Árabe!

Y desde aquí felicitamos a todos aquellos que trabajan con este idioma y, por supuesto, a todos sus hablantes. El árabe es el quinto idioma más hablado en el mundo, por detrás del chino, el español, el inglés y el hindi, por lo que nuestras felicitaciones se reparten hoy por gran parte del planeta. Pertenece a la rama semítica meridional de la familia afroasiática, y es considerada una macrolengua. Los hablantes cuya lengua materna es el árabe ascienden a 250 millones de personas, y se calcula que aproximadamente 600 millones dominan este idioma. Es la lengua oficial en 23 países y cooficial en seis y es una de las cinco lenguas oficiales de las Naciones Unidas, además de ser la lengua del Islam.

El árabe es el quinto idioma más hablado del mundo.

El árabe es el quinto idioma más hablado del mundo.

El árabe: una lengua semítica

Dentro del idioma árabe existen dos variantes, el denominado «árabe clásico» (al-luga al-Fuṣḥà o «el más elocuente») que proviene del árabe que se hablaba en Arabia Central entre los siglos V y VII. Es un ejemplo del árabe correcto y se utilizó para escribir los más célebres poemas literarios, además de ser la lengua del Corán. La otra variante es el «árabe coloquial», que es la forma hablada y más utilizada del idioma.

El árabe es, además, una lengua incluida dentro de la familia semítica y su alfabeto tiene tan solo 28 letras, cuya forma varía en función de la posición que ocupa la letra dentro de la palabra: la forma inicial (al inicio), la forma medial (en medio de la palabra) y la forma final. Cada una de las letras admite hasta cuatro formas diferentes y en ellas no se distinguen las mayúsculas de las minúsculas. Si a todo esto le añadimos que el orden de lectura y escritura es exactamente el opuesto al nuestro, es decir, de derecha a izquierda, podremos observar la dificultad que entraña este idioma para todos aquellos hablantes de una lengua no semítica.

Su alfabeto tiene 28 letras, cuya forma varía según su posición en la palabra.

Su alfabeto tiene 28 letras, cuya forma varía según su posición en la palabra.

Origen y variantes de la lengua árabe

La lengua árabe es una lengua milenaria, cuyo origen geográfico está en la Península de Arabia. Las primeras inscripciones que se conservan en este idioma datan del siglo IV a. C., pero hay teorías que indican que el árabe se utilizaba ya desde comienzos del siglo V. A partir del año 622 a. C. comienza la expansión del Islam, y con ella la de sus hablantes, que se repartirán a lo largo y ancho de los cuatro puntos cardinales del planeta, y que harán que el árabe se convierta en la lengua viva más difundida dentro de la familia de las lenguas semíticas.

Su difusión junto al Islam es responsable, a su vez, de la aparición de las distintas variantes dialectales. En principio son tres si las dividimos geográficamente: variantes occidentales o magrebíes, orientales o mashrequíes y las variantes peninsulares. Cada uno de estos dialectos tiene a su vez infinidad de subdivisiones, que en su mayoría tienen una estrecha relación con el territorio en el que se hablan.

Hay 3 variantes dialectales y cada una tiene numerosas subdivisiones.

Hay 3 variantes dialectales y cada una tiene numerosas subdivisiones.

Variantes occidentales o magrebíes

Son las variantes que se hablan en el territorio del Magreb. Una de ellas sería, en su momento, el árabe andalusí que a día de hoy es una variante muerta.

Entre las variantes vivas encontramos el árabe marroquí o dariya, que es el que se habla en Marruecos, y que presenta muchas similitudes con el magrebí oriental, hablado sobre todo en Argelia y Túnez. El argelino, que se habla en Argelia y cuyo vocabulario incluye una gran variedad de neologismos y préstamos de lenguas bereberes; el tunecino o tunecí y algunas variantes de transición como el árabe libio. También en este grupo dialectal se incluyen el sahariano, propio de la frontera entre Argelia y Marruecos y que tiene presencia en menor medida en Níger; la variante hassanía, extendida por el Sáhara Occidental y Mauritania y con presencia en Marruecos y Argelia y por último el árabe maltés, que es el dialecto más divergente del árabe por su influencia siciliana.

Las variantes occidentales o magrebíes se hablan en el territorio del Magreb.

Las variantes occidentales o magrebíes se hablan en el territorio del Magreb.

Variantes orientales o mashrequíes

Son los dialectos que se hablan en los territorios más orientales, que también cuentan con muchas variantes. Entre ellas encontramos el árabe sudanés, que se habla en Sudán y Chad o el  juba que se habla en Sudán del sur. El árabe egipcio, que es el más conocido por el resto del mundo árabe gracias a los medios de comunicación; el bedawi hablado en Egipto, en Israel y en los Territorios Palestinos. También el levantino o shami, que recorre los territorios de Siria, Líbano, Israel, Jordania y los Territorios Palestinos; el libanés y por último el árabe mesopotámico de Irak, que es similar al levantino pero con rasgos septentrionales.

Las variantes mashrequíes se hablan en los territorios más orientales.

Las variantes mashrequíes se hablan en los territorios más orientales.

Variantes peninsulares

Entre los dialectos de la península también hay subdivisiones territoriales como el árabe del Golfo, extendido por el este de la península arábiga en países como Arabia Saudí, Kuwait, Irak, Baréin, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Omán. El chíji que se habla en la península de Musandam o el najdí de la región de Najd, entre los Emiratos Árabes Unidos y Omán. También el hiyazí hablado por los habitantes de la región de Hiyaz y el yemení, concentrado en Yemen.

Distintas teorías sostienen que todos estos dialectos se parecen más entre sí cuanto más cerca se encuentran las áreas geográficas de sus hablantes, pero además, parece demostrado que cuanto más cerca están geográficamente del origen del idioma, más se parecen las variantes dialectales al árabe clásico. Las diferencias entre los dialectos suelen ser más notables en la parte léxica de la lengua, ya que las mismas palabras pueden llegar a decirse de maneras muy diferentes en distintos países o zonas. Las diferencias fonológicas y gramaticales, sin embargo, son menos acusadas. En cualquier caso parece claro que, por muy diferentes que sean los dialectos, cuando hablamos de zonas geográficas es muy difícil que los hablantes de unos y otros no lleguen a entenderse.

Las diferencias entre los dialectos suelen ser más notables en el léxico.

Las diferencias entre los dialectos suelen ser más notables en el léxico.

Traducción e interpretación del árabe

Felicidades, por tanto, a todos aquellos que son capaces de entenderse en este asombroso idioma, y especialmente a aquellos que hacen posible que todos nosotros podamos entender lo que los hablantes de árabe tienen que decir. Un ejemplo de profesionales que trabajan con este idioma es Miguel Jelelaty (traductor e intérprete profesional de árabe, francés, inglés y español), que nos ha contado cuáles son las peculiaridades de esta lengua. Habitualmente trabaja en el campo de la interpretación, un campo en el que las combinaciones más demandadas incluyen, aparte del árabe, el francés, el inglés y el español. Cuando hablamos, por ejemplo, de trabajos relacionados con la Comisión Europea o la Unión para el Mediterráneo, las combinaciones necesarias son las de árabe con el francés y  el inglés, ya que el castellano no es la lengua vehicular.

En general, los intérpretes de árabe suelen estar más demandados en campos como el de la política, la formación o las relaciones comerciales, pero su presencia es requerida también por parte de ayuntamientos, cámaras de comercio, diputaciones, universidades, etc., lo que hace que los temas varíen cada vez más.

La traducción e interpretación del árabe presenta diferentes retos.

La traducción e interpretación del árabe presenta diferentes retos.

Al ser un idioma tan distinto a las lenguas que habitualmente se utilizan en Europa, y al estar asociado a una cultura tan distinta también, una de las dudas que a todos los profesionales de la traducción y la interpretación nos asalta es exactamente cómo se las apañan para eliminar esas diferencias culturales cuando están traduciendo o interpretando. Según Miguel, en el caso de la traducción, los mayores problemas que puede encontrarse el profesional de la traducción suelen ser de tipo logístico, es decir, problemas de adaptación del texto en árabe a programas informáticos, el uso de un teclado diferente, etc.

En cuanto a la interpretación, una de las palabras que crea bastante controversia entre los intérpretes de árabe es la palabra «género»: mientras que los intérpretes más osados utilizan una palabra cuya raíz es «sexo», otros, más recatados, prefieren referirse al género como «tipo social».

Como muestra de las dificultades a las que un intérprete se debe enfrentar cuando trabaja con el árabe, Miguel nos cuenta una anécdota bastante interesante:

«En una conferencia a favor de la autonomía de las mujeres, una de las ponentes mencionó una campaña francesa cuyo nombre fue «Mi clítoris me pertenece». Yo interpreté aquel eslogan como «Mi órgano íntimo me pertenece» y, ante las miradas horrorizadas de las asistentes, la ponente insistió en que hiciera una traducción literal de aquella palabra sin eufemismos. El resultado fue que ninguna de las personas allí presentes (unas 60 de más de diez países árabes diferentes y todas con estudios superiores) conocían la palabra culta que daba nombre al clítoris».

A todas estas dificultades se añade la amplia variedad dialectal del árabe.

A todas estas dificultades se añade la amplia variedad dialectal del árabe.

Los dialectos: su traducción y su interpretación.

Por supuesto, a todas estas dificultades se añade la existencia, como ya hemos comentado, de sus muchos dialectos. Entre los más comunes se encuentra el egipcio, que prácticamente entiende todo el mundo aunque no sean capaces de reproducirlo. Esto se debe, en gran medida, a que Beirut y El Cairo han ostentado durante décadas un casi monopolio cultural en el mundo árabe. Beirut con las editoriales, la producción musical y la difusión cultural y El Cairo con el cine y la música. También es común el árabe levantino (sirolibanés), debido en parte a que los dialectos del Próximo Oriente (Líbano, Siria, Palestina) son mucho más cercanos a la raíz árabe clásica y por tanto se entienden mejor.

En el caso de la traducción, esta dificultad añadida no existe, ya que los dialectos no se escriben. Para hacer una traducción de un dialecto, en los aislados casos en los que se hace necesario, la traducción del dialecto a una lengua europea se hace por medio de textos escritos fonéticamente o transcripciones de una grabación o discurso hablado.

Cuanto más alejados estén los dialectos entre sí, más complejo es interpretarlos.

Cuanto más alejados estén los dialectos entre sí, más complejo es interpretarlos.

La siguiente pregunta que nos hacemos, por tanto, es la de cuáles son los dialectos más complicados de interpretar. Miguel nos explica que para un intérprete oriental es prácticamente imposible interpretar los dialectos occidentales, ya que están mucho más alejados de la raíz árabe clásica, por lo que, generalmente, no será capaz de interpretar dialectos que no sean, estrictamente, el sirolibanés o el egipcio, y quizá, y si lo habla gente culta, el iraquí. Una de las anécdotas que nos cuenta Miguel refleja a la perfección esta dificultad: en los juicios del 11M en la Audiencia Nacional, los presuntos terroristas hablaban en dialectos magrebíes cerrados para fastidiar a los intérpretes. Los únicos capaces de entenderles y salvar la situación fueron los intérpretes marroquíes.

La utilización del árabe estándar garantiza que el mensaje llegará a todo el mundo.

La utilización del árabe estándar garantiza que el mensaje llegará a todo el mundo.

De todos modos, y según nos cuenta Miguel, en la inmensa mayoría de los casos se impone la variante estándar, y nos deja con un comentario sobre el mismo:

«El árabe estándar es una forma heredada del árabe clásico que no tiene ningún hablante natural. Se utiliza solamente en los foros oficiales de transmisión cultural. La única forma aceptada en cabina (ONU, UE, etc.) es la del árabe estándar para asegurarse de que el mensaje llegará a todo el mundo. Alguna vez, los intérpretes caemos en la trampa de seguir interpretando a una persona que se desvía hacía su dialecto (si lo entendemos) pero nos quedamos patidifusos cuando el resto de participantes árabes se enfadan si se les exige hablar en estándar porque el trato no es igualitario».

Y tú: ¿tienes alguna anécdota sobre este idioma que quieras compartir?

Estaremos encantados de leerte.