En muchas ocasiones nos encontramos con clientes que nos piden una traducción jurídica cuando en realidad lo que necesitan es una traducción jurada y al contrario. Es buen momento para aclarar exactamente a qué se refiere cada uno de esos nombres y explicar las diferencias entre ambos.

¿Qué es una traducción jurídica?

La traducción jurídica se refiere siempre a un texto cuyo contenido se encuentra dentro del ámbito legal, es decir, dentro del campo del derecho y la legislación. Los textos de este tipo pueden ser muy diferentes entre sí. Con traducción jurídica podemos referirnos a la traducción de un contrato mercantil, a la traducción de una ley o un proyecto de ley, una sentencia judicial o todo aquel contenido que, de un modo u otro tenga que ver con el ámbito legal.

La traducción jurídica es cualquier traducción de ámbito legal.

La traducción jurídica es cualquier traducción de ámbito legal.

¿Qué es una traducción jurada?

La traducción jurada es, en cambio, un documento oficial en el que se constata que el texto origen y el texto traducido dicen exactamente lo mismo en dos idiomas diferentes. El texto puede ser de cualquier índole, y no siempre es un texto jurídico o que tenga que ver con el derecho. La traducción jurada puede incluir certificados de nacimiento, o académicos, así como informes médicos, etc. Una traducción jurada puede ser la traducción de cualquier documento sobre casi cualquier tema en el que debamos o queramos demostrar que el documento original y el escrito en la segunda lengua contienen la misma información.

¿Para qué necesito una traducción jurada?

Habitualmente, se exigen traducciones juradas por parte de organismos oficiales o autoridades públicas, pero también en contratos de compra-venta, homologación de títulos extranjeros, etc. La mejor manera de saber si lo que necesitamos es una traducción jurada será preguntar al organismo que nos la pide, ya que no existe una regla fija y cada organismo en cada país puede actuar de forma diferente.

Lo que sí es importante es confirmar que la necesitamos, ya que, en muchas ocasiones, y por la confusión entre términos, acabamos pidiendo traducciones juradas que podemos no necesitar. Habitualmente, los organismos que nos las piden suelen ser muy claros al respecto, de forma que, si tienes alguna duda, ellos te ayudarán.

En la traducción jurada también se certifica que el texto traducido es fiel al original.

En la traducción jurada también se certifica que el texto traducido es fiel al original.

Ahora que sabemos la diferencia entre una y otra, veamos qué tipo de profesional necesitaremos para cada uno de los documentos.

¿Quién puede hacerme una traducción jurídica?

En general, cuando necesitamos traducir un texto de ámbito legal deberemos plantearnos varias cosas. La primera será la combinación de idiomas. El traductor ha de ser un hablante nativo de la lengua a la que traduce. Si el texto está en un idioma extranjero (inglés, francés, portugués, etc.) y queremos traducirlo al español, la mejor opción será un traductor cuya lengua materna sea el español, dado que será en este idioma en el que mejor se expresará. En el caso de que la combinación de idiomas sea la contraria (del español a cualquier otro idioma), deberemos buscar un traductor cuya lengua materna sea la misma a la que queremos traducir el documento.

Este requisito, importante para la mayoría de las traducciones, en el ámbito jurídico cobra todavía mayor trascendencia. Hay que tener en cuenta que los sistemas jurídicos de cada país son diferentes, y las legislaciones de unos y otros pueden ser cruciales a la hora de llevar a cabo una traducción jurídica.

La traducción jurídica puede realizarla cualquier traductor nativo especializado en el ámbito jurídico.

La traducción jurídica puede realizarla cualquier traductor nativo especializado en el ámbito jurídico.

La segunda variable que debemos plantearnos es la especialización del traductor. Existen traductores especializados en este campo que conocen muy bien el terreno jurídico. Por lo tanto, si contratamos un traductor con especialidad jurídica nos estaremos asegurando que el traductor sabe de lo que habla y su traducción será mejor que la de un traductor que tenga poco conocimiento de este campo y mucho que investigar para poder traducir.

¿Quién puede hacerme una traducción jurada?

Una traducción jurada, sea de la temática que sea, solo puede hacerla un traductor jurado. Los traductores jurados están acreditados por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, tienen un número de identificación y, lo más importante, solo pueden llevar a cabo traducciones juradas con las lenguas que el MAEC les ha asignado. Es decir, que un traductor jurado acreditado para inglés y español podrá traducir del francés al español también, pero su traducción no tendrá la oficialidad necesaria para que sea jurada. Por esta razón, cuando tengamos que contratar una traducción jurada, debemos asegurarnos de que el traductor que la va a realizar está acreditado en los idiomas que necesitamos.

La traducción jurada solo puede ser realizada por traductores-intérpretes jurados acreditados por el MAEC.

La traducción jurada solo puede ser realizada por traductores-intérpretes jurados acreditados por el MAEC.

 

El traductor jurado tiene también la capacidad de asegurar, a través de su sello y firma, que la traducción efectuada por cualquier otro traductor es igualmente fiel y puede utilizarse con valor oficial. Actúan, de alguna manera, como «notarios» de la traducción.

¿Cómo podemos comprobar que una traducción es jurada?

Cuando encargamos una traducción jurada deberemos asegurarnos, como ya comentábamos, de que el traductor está debidamente acreditado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación en los idiomas que necesitamos traducir. Una vez encargada la traducción, habitualmente la primera diferencia que encontramos es que el documento nos es devuelto en papel, y pocas veces en otro formato, ya que los requisitos para jurar una traducción son la firma del traductor y su sello oficial. Ambas diferencian una traducción jurada de una traducción que no lo es. El traductor jurado deberá estampar en la traducción su sello oficial, su firma y una breve descripción de la traducción llevada a cabo, que garantizarán que el contenido de la traducción es fiel al original y que no se ha eliminado ni añadido nada en el proceso de la traducción.

La traducción jurada está firmada y sellada por el traductor-intérprete jurado y es un documento oficial.

La traducción jurada está firmada y sellada por el traductor-intérprete jurado y es un documento oficial.

Además, en el caso de algunos documentos, si son oficiales o están firmados por un funcionario, llevarán la denominada «Apostilla de la Haya», que garantiza que el funcionario o departamento está autorizado por el Estado para emitir el documento, y esta también deberá estar presente en la traducción jurada.

Aunque ambos conceptos pueden confundirse, esperamos que este pequeño artículo os haya aclarado algunas dudas que habitualmente surgen sobre el tema de las traducciones juradas. Si tenéis cualquier pregunta sobre este asunto, os invitamos a compartirlas con nosotros.