Hace muy poquito hablábamos de la presentación de la guía para contratar intérpretes Todo lo que siempre quiso saber sobre la interpretación, adaptada y traducida a varios idiomas por miembros de varias asociaciones de traductores e intérpretes que forman parte de la Red Vértice. En esta ocasión hemos decidido ir un poquito más allá y presentar Todo lo que siempre quiso saber sobre la traducción, la guía definitiva para contratar los servicios de traductores, que ha sido traducida al castellano por Asetrad.

Guía de traducción de Asetrad

Asetrad ha traducido al castellano la guía de traducción de Chris Durban

Puedes ver la guía original en inglés aquí y la guía traducida al castellano aquí. Como bien dice la autora de esta guía en su versión original, Chris Durban: «Contratar una traducción sin saber nada del tema es como adentrarse en lo desconocido», y nosotros hemos decidido dar a conocer algunas de sus pautas para que el proceso de contratar una traducción no se convierta en la peor de las pesadillas.

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Chris Durban es la autora de la guía original en inglés.

El texto y la elección del traductor

Cuando nos enfrentamos a un texto que queremos traducir, deberemos hacernos varias preguntas y seguir una serie de pasos que garanticen que realmente vamos a rentabilizar el dinero invertido en nuestra traducción y no tirarlo a la basura. El primer paso es examinar el texto y los idiomas a los que queremos traducirlo. Para ello será necesario tener en cuenta algunos factores clave.

  • ¿Qué idioma hablan tus lectores? No es lo mismo el inglés estadounidense que el de Reino Unido, ni tampoco es lo mismo el francés de Francia que el que se habla en Canadá. Seguro que si eres español, en algún momento has leído un texto dirigido a clientes latinoamericanos y has notado la diferencia e incluso has llegado a pensar que no entiendes bien el texto. La razón es que las palabras que se utilizan en una variante del idioma no tienen por qué significar exactamente lo mismo en otra. El registro es también muy importante: no es lo mismo traducir un anuncio de una marca de cosméticos que un ensayo clínico.

«Hable el idioma de sus lectores. Póngase en su lugar, busque el enfoque más acorde con sus necesidades».

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El inglés británico no es igual al estadounidense

  •  Mantén una perspectiva internacional. Evita los clichés y aquellos conceptos que sean demasiado locales. Cuando nos dirigimos a un lector de otro país hay que contar con que no solo el idioma en el que nos expresamos es diferente, también lo es la cultura que nos envuelve. A la hora de adaptar ciertas imágenes o textos a una cultura distinta es mejor ser precavido.
  • ¿Hay que traducirlo todo? A veces, el proceso de contratar una traducción nos resulta tan engorroso que no nos paramos a analizar el texto que le estamos proponiendo al traductor. Antes de hacerlo, revisemos si todo el contenido del texto merece realmente la pena y si hay mensajes superfluos que podríamos eliminar y con ello no alterar los mensajes más importantes.

«Analice si el documento que desea traducir es pertinente para otros países distintos del suyo. Quizá sea mejor preparar un nuevo documento».

  • El texto y la imagen se complementan. Como siempre decimos, «una imagen vale más que mil palabras», y para el lector, los gráficos, fotografías o diagramas pueden ser más elocuentes que páginas y páginas de información.

«El texto es necesario, pero a veces puede complementarlo con otras opciones para transmitir su mensaje».

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Hay imágenes que ayudan a transmitir mejor el mensaje

 Una vez hemos revisado y analizado el texto, el segundo paso será la elección del traductor adecuado para el proyecto que tenemos entre manos. Antes de contratarlo, nos surgen muchas dudas sobre la inversión que vamos a hacer y hay que responderlas antes de seguir adelante.

  • ¿Y la traducción automática? La eterna pregunta. Habitualmente, las traducciones que generan los traductores automáticos pueden ser válidas para entender «por encima» un texto escrito en otro idioma que no conocemos, pero de cara al exterior, los errores y confusiones que puede contener la traducción automática pueden costarnos muy caros y mostrar una imagen bochornosa de nosotros mismos. Además, pedirle a un traductor que revise una traducción automática probablemente le llevará más tiempo (y por lo tanto nos saldrá más caro) que si él mismo lo hubiera traducido desde el principio.
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La traducción automática no es una traducción de calidad

  • A lo mejor habías pensado en traducirlo tú mismo… porque conoces los dos idiomas y te parece fácil. Lo que no te has parado a pensar es que escribir no es lo mismo que hablar o entender. La traducción no profesional por lo general da como resultado textos poco fluidos y muy similares en estructura y vocabulario al original. Solo un traductor profesional es capaz de despegarse lo suficiente del original para que los textos tengan la fluidez necesaria.
  • Elige bien al traductor. En este punto, una de las preguntas que siempre nos hacemos es: ¿y si se lo paso a un amigo mío que sabe inglés?, de esta forma abaratamos los gastos y cualquiera nos vale: profesores, guías turísticos, o cualquiera que domine el idioma al que queremos traducir. Ojo, aunque todos ellos sean grandes profesionales en su terreno y dominen la lengua de destino, eso no garantiza que el resultado de los textos vaya a ser de calidad. La opción más sensata es contratar a alguien que tenga las competencias necesarias para traducir bien un texto, y ese profesional no es ni más ni menos que el traductor. Ten en cuenta, además, que un traductor solo trabaja hacia su lengua materna, ya que solo de esa manera podrá garantizar la calidad de la traducción. Desconfíe de todos aquellos que dicen ser «bilingües». Pueden hablar dos idiomas, pero difícilmente tendrán capacidades para trasladar un mensaje escrito por igual hacia dos lenguas diferentes. También deberás tener en cuenta el sector al que va dirigida la traducción. Te aseguramos que para cada sector hay un traductor especializado y, como en todo, el resultado de la traducción será mucho mejor cuanto más domine el tema su autor.

« Usted conoce su sector, una corta conversación le bastará para saber si su traductor lo conoce también. Si no es así, piense en la posibilidad de cambiar de traductor».

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Un traductor profesional podrá garantizar la calidad de la traducción

  • ¿Cuánto cuesta? En el campo de la traducción no existen tarifas estandarizadas. Como en cualquier otro sector, la tarifa más cara no le garantiza el mejor resultado, pero lo que sí está claro es que, por debajo de unos mínimos, la traducción probablemente no tenga la calidad esperada. Analiza el tiempo y el dinero que te ha costado crear ese texto y las horas que el traductor tendrá que emplear para ofrecerte un producto que merezca la pena. Y ten siempre en cuenta que una mala imagen puede hacernos perder mucho más dinero del que vale una traducción profesional.

El proceso de traducción

Con estos pasos hemos llevado a cabo la fase más complicada del proceso, pero no podemos quedarnos ahí. Una vez tenemos al traductor y hemos analizado nuestro texto, hemos de estar pendientes también durante el proceso de traducción. Es cierto que la responsabilidad recae ahora sobre nuestro traductor, pero con unas sencillas pautas, podemos ayudarle (y ayudarnos) a que el resultado de la traducción sea óptimo.

  • Termina un texto antes de traducirlo. Cuando apresuramos el proceso para ahorrarnos tiempo, podemos cometer errores que influirán en el resultado final. Si el traductor trabaja con un borrador que está cambiando constantemente, tendrá que retroceder y volver a empezar en varios puntos, y eso influirá en el estilo y dará pie a que aparezcan errores. Además, si el traductor trabaja en fragmentos que finalmente se suprimirán, estaremos perdiendo dinero. Si por cuestión de plazos no fuera posible facilitar el texto absolutamente terminado, asegúrate de tener bajo control todas las versiones y los cambios para evitar errores y retrasos.
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Termina un texto antes de traducirlo, define tus necesidades y participa en el proyecto

  • Define tus necesidades y participa en el proyecto: piensa bien a quién irá dedicado el texto que tienes entre manos, no es lo mismo un catálogo dedicado a un cliente final que una circular interna de empresa. Analiza las pérdidas a las que te puedes enfrentar como consecuencia de una mala traducción y elige a la persona adecuada para llevar a cabo el proyecto. Una vez lo tengas claro, habla con el traductor, asegúrate de darle las instrucciones necesarias y estate disponible para responder a sus preguntas. Todo ello facilitará el proceso, te ahorrará tiempo y mejorará el resultado.

«El profesional que estamos describiendo puede ofrecerle a usted o a su empresa mucho más que una simple traducción: gestión del proyecto, asesoría lingüística y cultural, terminología especializada, optimización de costes, revisión de pruebas… Un traductor profesional no es un gasto, es una inversión».

  • ¿Tu traductor te hace preguntas? ¡Buena señal! Como traductor, el profesional que has contratado está acostumbrado a poner toda su atención en un texto. Es muy fácil que te señale erratas o errores que encuentre en el texto original o que te resalte algunas frases confusas que no habías percibido. Sus resultados mejorarán e incluso podrá darle mayor calidad al texto original. Nunca subestimes el trabajo que pueden hacer cuatro ojos, siempre es mejor que el que pueden hacer dos.
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¿Tu traductor te hace preguntas? ¡Buena señal!

 

El final del proyecto

Cuando creas que todo ha terminado porque el traductor te ha entregado el texto traducido, todavía quedará una fase por completar: la revisión del proyecto. Seguramente cuando le entregas un informe a tu jefe lo revisas un par de veces para ver si se te ha colado algún fallo. Los traductores no son superhéroes de las letras, y por lo tanto sería absurdo pensar que en su trabajo no va a haber ninguna errata. Además, los textos traducidos siempre son susceptibles de sufrir cambios de última hora, ya sea para su impresión, maquetación o por cualquier otro motivo. Recuerda también que las reglas de tipografía no son las mismas para todos los idiomas, así que contrata con el traductor la revisión de pruebas, de forma que pueda evitarse que el texto quede inservible por errores que podrían haberse subsanado.

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Contrata con el traductor la revisión de pruebas para evitar errores de tipografía o maquetación

«Hay cien mil formas de estropear una traducción: plazos ridículos, ambigüedades en el original, textos que no han sido releídos, pruebas sin revisar por una persona de la misma lengua materna, traductores novatos abandonados a su suerte, seguimiento insuficiente del proyecto, contratación del traductor más barato, selección de traductores basándose únicamente en las apariencias, falta de implicación del cliente en el proyecto, exceso de intermediarios…».

 

Esperamos que este artículo te haya ayudado a aclarar tus dudas sobre el proceso de contratar una traducción, y nos gustaría saber qué opinas.

¿Hay alguna duda que la guía Todo lo que siempre quiso saber sobre la traducción no aclare?

¿Qué parte del proceso te parece más difícil?

¿Has contratado a un traductor siguiendo otras pautas? ¿Cuáles han sido?

¿Has tenido alguna mala experiencia al contratar a un traductor?

Estaremos encantados de leerte.